10 Frases de Roberto Bolaños

Roberto Bolaño nació en Santiago de Chile el 28 de abril de 1953. Su infancia la pasó en diferentes ciudades de Chile donde cursó sus primeros estudios. A los quince años se estableció junto a su familia en México, donde realizó los estudios secundarios. En 1973 volvió a Chile en los meses previos al golpe militar de Pinochet. En enero de 1974 volvió a México, donde conoció a los poetas Mario Santiago y Bruno Montané, junto a quienes fundó un movimiento de vanguardia literaria al que bautizaron como Infrarrealismo. El movimiento contó con dos revistas: ‘Rimbaud, vuelve a casa’ y ‘Correspondencia Infra’. A Bolaño el reconocimiento le llegó tarde. En 1993 publicó la novela La pista de hielo, y en 1996 La literatura nazi en América. Con Estrella distante, consolidó la reputación recién adquirida, y el libro de cuentos Llamadas telefónicas lo consagró como uno de los mejores escritores contemporáneos de Hispanoamérica. Los premios le llegarían poco después, con su siguiente novela Los detectives salvajes, publicada en 1998, que le valió el Premio Herralde, el Premio del Consejo de Chile en 1999 y el Premio Rómulo Gallegos en el mismo año. Bolaño era admirador de los beatniks y fanático de Lou Reed, pero también devoto de Borges y Cortázar, entendía su obra como un conjunto estilístico y argumental, donde los personajes aparecen y desaparecen para dialogar entre sí, y para enriquecer igualmente las vidas de los lectores. Falleció el 15 de julio de 2003, desde entonces su obra ha adquirido un merecido reconocimiento mundial


Te dejamos 10 Frases de este genial autor Chileno

  • El humor y la curiosidad son la más pura forma de inteligencia
  • El humor es algo parecido a la felicidad, a la revolución y al amor
  • No hay nada como viajar para ensanchar la cultura. Pero también para afinar la sensibilidad. Conocí Israel, Egipto, Túnez, Marruecos. Al final de mis viajes volví con un solo convencimiento: no somos nada
  • Déjenlo todo, nuevamente láncense a los caminos
  • La literatura se parece mucho a las peleas de los samuráis, pero un samurái no pelea contra otro samurái; pelea contra un monstruo. Generalmente sabe, además, que va a ser derrotado. Tiene el valor sabiendo previamente que va a ser derrotado, y salir a pelear: eso es la literatura
  • La libertad es como un número primo
  • Parecía estar soñando o, mejor dicho, estar rompiendo por un instante los enormes muros negros que separan la vigilia del sueño
  • Poesía y cárcel, por otra parte, siempre han estado cerca
  • En el fondo, la parodia, sólo disfraza el deseo enorme de ponerse a llorar
  • La miré sin comprender, aunque como un nadador solitario y exhausto la verdad poco a poco se fue abriendo paso en el mar negro de mi ignorancia

 

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