Reconocer a un hombre machista o misogino

Hola, hoy vamos a hablar de la misoginia. En concreto, te voy a contar diez casos curiosos que te permitirán tanto saber si eres misógino como a reconocer a un misógino. Las siguientes pautas están basadas en un trabajo de la ilustradora Ana Karenina, que se volvió famosa, justamente, por hacer viral 10 arquetipos del machismo en México, a través de su proyecto Jo it Down.



No es mi intención explicar los chistes, te recomiendo que los veas a todos en esta hermosa nota del sitio Creators. Sólo quiero describir esos diez arquetipos misóginos.

Primero, el caso del Manterruptor. Ese que habla sin parar y que interrumpe todo el tiempo porque cree que tiene la razón, toda la razón y nada más que la razón. Siempre está tratando de llamar la atención sobre cuánto sabe del tema que sea, y busca que la conversación siempre gire en torno a sus intereses y experiencias.

Segundo, el caso del Perezoso Emocional. Aquel que no piensa hacer ni el más mínimo esfuerzo para escuchar al otro y saber qué le pasa. Te larga su rollo, te cuenta todo su drama, tú lo escuchas, le preguntas, te interesas, y él, a la hora de que tú le quieras contar que tuviste un mal día, como para que ahora él te escuche y se interese, busca cerrar el tema y simplemente te dice: “Bueno, no te hagas drama”…

Tercero, el Manspreader. El típico pibe que al sentarse en un asiento compartido no hace más que abrir las piernas, a sus anchas, valga la redundante figura. Siempre lo vemos en el metro o en el colectivo, ¿por qué no puede cruzar las piernas? ¿Acaso le pesan las pelotas?

Cuarto caso, el Manbaby. Es el típico que no se entera ni del viento, ese que cuando lo vas a dejar, porque ya no lo soportas, se defiende diciendo que no entiende cómo es que ya no lo quieras después de todo lo que él ha hecho por ti. Incluso, es capaz de largarse a llorar.

Flickr Yuth //www.flickr.com/photos/cascascas/5232537609/in/photolist-8Yo88F-bTSJwp-bTSEjk-9GJbre-HydcR-6nfdoi-4FyX3r-SoUhbA-ervudj-8VWEeq-eqzeAP-pRWp8H-6cyvqD-JaYWwu-Ko5bJ-TBMZno-8ed7Br-7ZhNmE-8egcmL-jZAxRK-8ekGL3-8eg9Tq-7XXZVa-8eggSN-34sbRY-8edkFP-8ecNNc-8ecZ7X-7HPKZT-eKyYiQ-8egdqs-8ecUBc-ervuuA-nA3m7M-bEYxsW-8ecRtc-jZDcJL-xkKSb-56Knye-8ed68H-8egi1j-8egex5-8eg6Gb-8ecMC2-eKnAEK-8eibKb-aqQuUz-7fPkQ1-FPuDX-2Dg8L6

Quinto, el Consejero no Autorizado. Entras a un local a comprar algo, eliges el producto, y el muy papanatas interpreta que tienes dudas, supone que estás eligiendo mal. Entonces se larga a darte consejos de qué producto te conviene, porque claro, supone que eres tonta y que no sabes qué es lo que quieres.

Sexto, el curioso caso del Mansplainer. Te sientes pésimo, te duelen los ovarios, y él, en lugar de no molestarte, comienza a explicarte que algo estás haciendo mal porque no puede ser que te duela tanto. El muy sabelotodo anduvo googleando y se le ocurre recomendarte una dieta saludable para que no te vuelva a ocurrir.

Séptimo, mi favorito, el Mactivista, Brogresista o Macho Progre. Ese que nunca falta, porque nunca falta uno que sobra, que al ver a dos chicas de la mano intenta presumirles para ir a la cama los tres y, ante la negativa, argumenta que él también es feminista y que está en contra del matrimonio y la monogamia; siempre termina lanzando un discurso antisistema y a arriesgar teorías sobre el amor libre o poliamor, siempre en defensa de la libertad, la fraternidad y toda otra clase de terminología de izquierda light.

Octavo, el Sexualizador Racista. Este tipo es la peste. En cuanto se entera que una chica es latina, sólo piensa en cuán intensa puede ser en la cama…

Noveno, el Cis-sexista. Se refiere a ese que cuando le decís que no, decide que vas a ser su mejor amigo, porque no se banca tener una amiga mujer. La amistad, para ellos, sólo puede existir entre pibes…

Décimo, el Fetichista del dolor (no consensual). Tu estás molesta con la ropa que tienes puesta, ese bluejean que te aprieta hasta los huesos, o esa bombacha finita que te toca el alma, y lo dices, pero él contesta que no, que así estás sexy.

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