El existencialismo en la filosofía y en la literatura

El existencialismo es un movimiento filosófico y una corriente de pensamiento que se desarrolló en Europa en el siglo XX, particularmente en las décadas de 1940 y 1950. Se centra en la experiencia individual y la libertad de elección de los individuos, y aborda cuestiones fundamentales relacionadas con la existencia humana, la libertad, la responsabilidad, la angustia y la búsqueda de significado en la vida.

Algunos de los filósofos existencialistas más influyentes incluyen a Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Martin Heidegger, Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche. Aunque estos pensadores tienen enfoques y énfasis ligeramente diferentes, comparten algunas ideas fundamentales:

  1. La existencia precede a la esencia: Los existencialistas argumentan que, a diferencia de los objetos inanimados, los seres humanos no tienen una «esencia» predefinida o un propósito intrínseco. En cambio, la existencia humana precede a cualquier significado o propósito, y es responsabilidad del individuo darle sentido a su propia vida.
  2. La libertad y la elección: El existencialismo enfatiza la importancia de la libertad individual y la responsabilidad de tomar decisiones. Los individuos son libres de elegir sus acciones y, por lo tanto, son responsables de las consecuencias de esas elecciones.
  3. La angustia existencial: La conciencia de la libertad y la responsabilidad puede llevar a la angustia existencial, una sensación de ansiedad o desasosiego debido a la ausencia de normas o valores absolutos que guíen nuestras acciones.
  4. La búsqueda de significado: Los existencialistas exploran la búsqueda de significado en un mundo aparentemente absurdo y sin sentido. Creen que los individuos deben crear su propio sentido de la vida a través de la autenticidad y la elección consciente.

El existencialismo ha tenido un impacto significativo en la filosofía, la literatura, la psicología y otras disciplinas, y ha influido en movimientos culturales y políticos. Aunque el existencialismo abarca una variedad de enfoques y matices, su enfoque en la experiencia individual y las cuestiones fundamentales de la existencia humana lo hace un campo filosófico importante y relevante.

EL EXISTENCIALISMO EN LA LITERATURA

La corriente existencialista en la literatura se desarrolló en paralelo al movimiento filosófico del existencialismo en el siglo XX. La literatura existencialista se caracteriza por explorar las mismas cuestiones fundamentales sobre la existencia humana, la libertad, la angustia y la búsqueda de significado en la vida que se encuentran en la filosofía existencialista. Aquí algunas características clave de la literatura existencialista:

  1. Enfoque en la experiencia individual: La literatura existencialista se centra en la experiencia subjetiva de los personajes, a menudo destacando sus luchas internas, dilemas morales y desafíos existenciales. Los personajes existencialistas suelen enfrentarse a situaciones que los obligan a tomar decisiones difíciles y a confrontar su propia libertad y responsabilidad.
  2. El absurdo y la falta de sentido: Los escritores existencialistas a menudo exploran el absurdo y la falta de sentido en la vida. Pueden retratar un mundo en el que los personajes se sienten atrapados en situaciones sin sentido o luchan por encontrar un propósito en medio de la existencia aparentemente sin significado.
  3. La angustia y la alienación: La angustia existencial y la alienación son temas recurrentes en la literatura existencialista. Los personajes a menudo experimentan ansiedad, desesperación y una sensación de aislamiento debido a la conciencia de su propia libertad y la falta de orientación en un mundo indiferente.
  4. La autenticidad: La literatura existencialista promueve la idea de la autenticidad, instando a los personajes a vivir de manera genuina, tomando decisiones conscientes y enfrentando las consecuencias de esas decisiones. La autenticidad implica vivir una vida coherente con los valores y elecciones personales.
  5. Estilo literario: La literatura existencialista abarca una variedad de géneros, incluyendo la novela, el teatro y la poesía. Algunos escritores existencialistas notables incluyen a Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Franz Kafka, Fyodor Dostoyevski y Jean Genet. Estos autores utilizaron diversas formas literarias para expresar sus ideas existencialistas.

Alber Camus

Ejemplos de obras literarias existencialistas incluyen «La Náusea» de Jean-Paul Sartre, «El Extranjero» de Albert Camus, «En la colonia penitenciaria» de Franz Kafka y «Los Demonios» de Fyodor Dostoyevski. Estas obras literarias exploran las complejidades de la existencia humana y ofrecen una visión profunda y a menudo pesimista de la vida en un mundo aparentemente absurdo.

La literatura existencialista ha tenido una influencia duradera en la literatura contemporánea y sigue siendo estudiada y apreciada por su exploración de las cuestiones existenciales universales.

Jean Paul Sastre
  • La Náusea» de Jean-Paul Sartre: La náusea es la primera novela filosófica del filósofo francés Jean Paul Sartre. Es el resultado de todo el período de su formación, especialmente ligado a su estadía en Alemania (Maison Académique Française de Berlin: 1933-1934), a su discipulado de Edmund Husserl y de la escuela fenomenológica, y, al mismo tiempo, al estudio minucioso, que tanto influyó en él, de lo que hasta ese momento había publicado Martin Heidegger. La primera redacción de la novela se remonta a 1931, cuando Sartre tenía veintiséis años. Fueron agregadas reestructuraciones en 1934 y en 1936. La versión definitiva, la que ha de publicarse, es la de 1938. La intención del autor era llamarla Melancolía I, tomando el título de uno de los grabados de Alberto Durero. En el momento de la publicación triunfará la posición de Gallimard, y el nombre de la obra será el que tuvo.
  • «El Extranjero» de Albert Camus: El extranjero (en francés: L’Étranger) es una novela publicada en 1942, la primera del escritor francés Albert Camus. El extranjero suele asociarse a la filosofía del absurdo y al existencialismo, aunque Camus siempre se distanció de esta última etiqueta. El protagonista, Meursault, es un francés argelino indiferente a la realidad que le rodea por resultarle absurda e inabordable, por lo cual se constituye en un «extranjero» dentro de lo que debería ser su propio entorno.
  • «En la colonia penitenciaria» de Franz Kafka: En la colonia penitenciaria (In der Strafkolonie) es un cuento escrito por Franz Kafka en octubre de 1914 durante unas vacaciones en las cuales quería trabajar en la novela El Proceso.​ En noviembre de 1916, como parte de una serie de conferencias literarias expresionistas, Kafka presentó el cuento en Múnich a una pequeña audiencia, a la cual pertenecía Rainer Maria Rilke. Según la leyenda, varios de los oyentes se desmayaron ante las atrocidades que narró.​ La respuesta a la obra, tanto del público como de la crítica, fue en general negativa. Un crítico periodístico calificó a Kafka de «libertino del horror.»​ Kafka planeó originalmente publicar La colonia penal junto con El juicio y La metamorfosis bajo el título Penas, su editor, sin embargo, consideró el argumento invendible. Fuera de ello, se presentaba el problema de exponer el tema de los consejos de guerra en esa época.​ Debido a varios retrasos provocados por el escepticismo de Kurt Wolff, su editor, no se publicó como cuento separado hasta 1919.
Frank Kafka

  • «Los Demonios» de Fyodor Dostoyevski: Los demonios (traducida también como Los endemoniados o Demonios) —(en ruso prerreforma: Бѣсы; posreforma Бесы, Bésy)— es una novela de Fiódor Dostoyevski publicada primero en la revista El mensajero ruso en 1871. Está considerada como una de las cuatro obras maestras escritas por Dostoyevski después de su regreso del exilio siberiano, junto con Crimen y castigo (1866), El idiota (1869) y Los hermanos Karamázov (1880). Los demonios es una sátira social y política, un drama psicológico y una tragedia a gran escala. Joyce Carol Oates la ha descrito como «la novela más confusa y violenta de Dostoyevski, y su obra «trágica» más satisfactoria».​ Según Ronald Hingley, es «la mayor arremetida de Dostoyevski contra el nihilismo», y «uno de los más impresionantes logros de la humanidad —quizá su logro supremo— en el arte de la ficción en prosa».​

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