El Pato Fillol: leyenda argentina del fútbol mundial

Pato Fillol
Foto histórica

Ubaldo Matildo Fillol, conocido cariñosamente por todos como «El Pato,» es una figura icónica en la historia del fútbol argentino. Nacido el 21 de julio de 1950 en San Miguel del Monte, Buenos Aires, Fillol se destacó como uno de los arqueros más destacados de su generación y dejó una huella imborrable en el deporte. A lo largo de su carrera, cosechó éxitos tanto en clubes como en la selección argentina, convirtiéndose en un referente y una fuente de inspiración para futuras generaciones de arqueros.

Los Primeros Pasos

Fillol dio sus primeros pasos en el fútbol en el Club San Miguel de Monte en la década de 1960. Su debut en la Primera División de Argentina tuvo lugar el 1 de mayo de 1969 en un emocionante partido entre Quilmes y Huracán. Desde el principio, su físico imponente, agilidad y determinación llamaron la atención de todos.

Éxito en Racing Club

Fillol continuó su ascenso en Racing Club, donde se destacó por su calidad, entrega y habilidades bajo el arco. Durante su estadía, Fillol se convirtió en una figura importante en la selección nacional. En Racing Club, obtuvo la Supercopa Sudamericana en 1988, consolidando su estatus como uno de los mejores arqueros de la región.

Gloriosa Etapa en River Plate

En 1973, Fillol se unió al Club Atlético River Plate, uno de los clubes más prestigiosos de Argentina. En River Plate, vivió una época dorada y ayudó al equipo a ganar numerosos títulos, incluyendo los campeonatos Metropolitanos de 1975, 1977, 1979 y 1980, así como los Nacionales de 1975, 1979 y 1981. Su habilidad bajo los tres palos y su liderazgo en el campo de juego lo convirtieron en un ícono del club.

Pato Fillol

El Mundial de 1978

Fillol fue una parte fundamental del equipo argentino que ganó la Copa Mundial de la FIFA en 1978, un logro histórico para el país. Durante el torneo, Fillol demostró su destreza al detener importantes disparos y fue galardonado como el mejor arquero del torneo.

Trayectoria Internacional

A lo largo de su carrera, Fillol representó a la selección argentina en 58 partidos. Participó en dos Copas del Mundo (1978 y 1982) y fue titular en todos los encuentros de la clasificación para el Mundial de México 1986, aunque finalmente no fue convocado para el torneo.

Éxito en el Fútbol Internacional

Fillol también tuvo experiencias en el fútbol internacional, jugando para el Flamengo de Brasil entre 1983 y 1985, donde ganó la Copa Guanabara en 1984. Luego, en 1985, se unió al Atlético de Madrid, donde participó en la Recopa de Europa y ganó la Supercopa de España en 1985.

Regreso a Argentina y Último Capítulo

A principios de 1987, Fillol regresó a Argentina para jugar en Racing Club, donde logró el primer título de la Supercopa Sudamericana en 1988. Su longevidad y calidad en el campo quedaron demostradas cuando, en 1990, a los 40 años de edad, terminó su carrera en Vélez Sarsfield.

Leyenda y Homenajes

Fillol dejó una marca imborrable en el fútbol argentino y fue homenajeado de diversas maneras a lo largo de los años. Un tributo especial tuvo lugar el domingo 25 de junio de 2023, cuando se descubrió una estatua en su pueblo natal, San Miguel del Monte, en el 45° aniversario de la obtención del Mundial de 1978. Este gesto conmemorativo refleja el profundo respeto y admiración que el pueblo argentino siente por «El Pato» Fillol, un ícono del fútbol y una figura querida en todo el país.

Trayectoria en Clubes

  • Club San Miguel de Monte (1960-1964)
  • Quilmes (1969-1970)
  • Racing Club (1970-1973)
  • Club Atlético River Plate (1973-1983)
  • Argentinos Juniors (1983)
  • Flamengo (1983-1985)
  • Atlético de Madrid (1985)
  • Racing Club (1987)
  • Vélez Sarsfield (1990)

Legado Duradero

La historia de Ubaldo «El Pato» Fillol perdura en el corazón de los amantes del fútbol argentino y en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de verlo jugar. Su agilidad, reflejos y determinación en el arco lo convierten en una referencia inolvidable en el mundo del fútbol. Su legado inspira a futuros arqueros y sigue siendo un testimonio de la pasión y el compromiso que un verdadero atleta puede llevar al campo de juego.

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