Encender fuego para el asado

Una de las cosas que más disfruto es hacer el asado. Ya sea para la familia, amigos o compañeros del trabajo. Encender fuego suele ser un escollo importante para aquellos que recién se acercan a una parrilla y, como si se tratara de aprender a manejar, es como el miedo al embrague.

Mi abuelo, que dios lo tenga en la gloria, fue un gran asador y siempre decía que era capaz que encender fuego bajo la lluvia, es más, en sus tiempos de servicio en el sur argentino había tenido que encender fuego en la nieve, y no recordaba bicho que no hubiera cocinado al calor de las brasas. Prefería la leña al carbón, y si podía elegir, la leña de piquillín, típico árbolito de las sierras cordobesas. De él aprendí a encender fuego.

La forma más fácil, pero no la más limpia, de encender fuego para hacer un asado con leña es con ayuda de kerosene. Mi abuelo siempre dispuso de una alcuza casera (fabricada con un envase plástico de lavandina Ayudín y un tapón de corcho de vino atravesado por un cañito de bronce, que funcionaba como pico vertedor) con un poco de kerosene en la leñera, lejos del fuego por motivos de seguridad. Al kerosene hay que utilizarlo antes de encender el cualquier fuego, para evitar cualquier accidente. Entonces, de entre la leña, elegimos unas cuantas finitas, que son las que van a encender primero, y las ponemos debajo, ya sea que tengamos un infiernillo o hagamos el fuego directamente en el piso de la parrilla. Luego ponemos unas cuatro o cinco leñas un poco más gruesa, medianas, por así decirlo, y que son las que le van dar el cuerpo al fuego. Ahí rociamos con un poco de kerosene, procurando humedecer sobre todo la leña más fina. Luego alejamos la alcuza, por seguridad. Tomamos una hoja de diario y la enrollamos para formar un mechero, lo más largo posible. Encendemos la punta con un encendedor y, manteniéndonos lo más lejos posible de la pira, acercamos el fuego a la leña humedecida en kerosene. Una vez que logramos encender fuego, el papel lo podemos apagar con agua debajo de la canilla o un balde o simplemente arrojarlo sobre la pira encendida. A los pocos minutos, cuando el fuego haya encendido las leñas medianas, agramos más del mismo tamaño y encima un par de troncos más gruesos y que serán la reserva de brasas para el fianal del asado.

El otro método, muy simlpe pero no tan limpio, para encender fuego para el asado es utilizar la parrilla como soporte de la leña o el carbón o, lo que es mejor, un infiernillo y mucho papel de diario. El procedimiento no reviste complejidad alguna: sobre la parrilla o en el infierillo ponemos la leña o el carbón (podemos incluso poner una bolsa entera) y por debajo aplicamos papel de diario encendido. Acá existe dos métodos distintos: uno es hacer muchos bollos y luego encenderlos, y a medida que se van consumiendo vamos sumando otros, hasta que el fuego encienda; el otro (el que prefiero y que aprendí de mi suegro) es hacer rollos de papel de diario, como mecheros, encender una punta y ponerla justo debajo de la pira, ya sea en la parrilla o en el infiernillo.

Por último, el método que hoy utilizo para hacer fuego para el asado. Para mí, la más limpia y segura. Tomo un bollo de pan y lo pongo en el lugar donde voy a armar la pira. Lo humedezco con alcohol (puede ser de quemar o fino, da lo mismo). Luego construyo la pira (si es de leña, de la misma manera que con el kerosene, primero la finita, luego la mediana y al final la gruesa) procurando dejar un espacio por donde llegar al pan con alcohol con un fósforo o un papel encendido. Una vez aplicado el fuego, el pan creará una pequeña llama, como un mecheero de un sol de noche, que lento pero tenaz logrará encender fuego para hacer un gran asado.

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